Hace varios meses me leí este libro (del escritor Matías
Néspolo). Me pareció simplemente una obra de arte. Una joya. Sensible, con una prosa
ligera y con una historia brutal y demoledora.
Ambientada en un barrio marginal de Buenos Aires, esta
novela relata la vida de un chico (el Gringo) al que le han tocado muy malas
cartas en la vida. (“Carne de cañón” como dirían algunos.) Rodeado de pobreza,
violencia y drogas, el Gringo se adentrará en el mundo de la delincuencia, acompañado
por su amigo del alma el Chueco. Juntos recorrerán un durísimo camino. Un
camino que, por desgracia, transitan miles de jóvenes cada día en Argentina y
en otros países del mundo, marcando para siempre sus vidas y condenándolos a la
nada. Una realidad, una cotidianidad que no somos capaces de entender los que hemos
tenido la suerte de nacer en unas condiciones económicas más holgadas, a pesar
de la crisis que vivimos.
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